Uno de los tópicos historiográficos más extendidos es el que nos presenta a la Iglesia española como una realidad monolítica, en la que todos, "prietas las filas", compartían unas mismas ideas y actuaban de un modo uniforme, por supuesto, reaccionario. Y sin embargo, a medida que vamos profundizando en la investigación del clero español, encontramos una mayor diversidad de la supuesta. Quizá el problema es que, hasta hace muy poco tiempo, han faltado investigaciones y estudios sobre el clero en España, al contrario de lo que ocurre en otros países, como Francia. Conocemos lo que pensaban algunos obispos españoles (muy pocos, a decir verdad) e ignoramos todo, o casi todo, del clero secular.
Quiero presentar otra figura sobre la que estoy investigando, el sacerdote Ambrosio Ayuso Pizarro. Es poco lo que sabemos de él, sobre todo comparándolo con lo que he presentado sobre Régulo Martínez,
pero se trata de una investigación en sus comienzos, que espero pueda convertirse en un texto más amplio. Prescindo, en esta ocasión, de todas las referencias archivísticas y bibliográficas que, por otra parte, sí están en el texto original.
Ambrosio Ayuso
Pizarro nació
en Valdearenas, provincia de Guadalajara y diócesis de Toledo en aquellos tiempos, el 7 de diciembre
de 1900. Su padre, Marcial, debía ser labrador, ya que uno de sus hermanos
tenía esta profesión y el propio Ambrosio, cuando llegó a Méjico incluyó entre
sus “conocimientos y aptitudes” la “agricultura”. Tenía 9 hermanos, 4
mujeres y 2 varones. Uno de ellos, el menor, Rafael, era capuchino y vivía en
León en 1936; el otro labrador y vivía en Valdearenas. En cuanto a las
hermanas, las dos mayores, Emiliana y María se quedaron también en el pueblo;
otra, Florentina, vivía en otro pueblo de Guadalajara, Coopernal, donde
Ambrosio estuvo destinado antes de la guerra; Isabel vivía en León y trabajaba
como modista; y las otras dos en Madrid. Salvo Isabel, todas ellas se dedicaban
a sus labores. Por lo que respecta a las que vivían en Madrid, parece que sus
maridos podrían ser de clase obrera y pertenecer a una clase media baja, ya que
sus domicilios estaban ubicados en barrios populares (Mesón de Paredes, calle
de la Palma y Divino Pastor). En el informe previo a su ordenación sacerdotal,
el párroco de su pueblo, Eduardo Peña, le calificaba de persona “de carácter afable, dotes intelectuales
regulares, buenas”.
Estudió en el seminario en Toledo, donde ingresó en 1º de latín en 1912, siendo
ordenado presbítero por el cardenal Reig el 22 de septiembre de 1923;
celebró su primera misa en la iglesia de San Cayetano de Madrid. Aunque en México afirmó
que en ese año había obtenido la titulación de “profesor”, realmente, aparte de la carrera eclesiástica ordinaria
no había alcanzado otros grados. Destinado
como ecónomo a las parroquias de Valdesaz y Fuentes, en
Guadalajara, pasó a regentar en calidad de párroco, en 1925, la de Coopernal y
su anejo Valdeancheta, en
la misma provincia. Esta parroquia tenía en 1930 unos 600 habitantes y era considerada
de ascenso. De este periodo apenas
tenemos datos, sólo que en 1929 solicitó ser miembro de la Adoración Perpetua
Sacerdotal de la diócesis y que en 1933 pidió autorización para residir unos
meses en Madrid y así poder someterse a tratamiento de rayos x ya que padecía
una enfermedad de los huesos.
Asimismo, en 1930 le encontramos predicando en Brihuega durante los actos
preparatorios de la Asamblea Mariana, que presidió el cardenal Segura.
Ambrosio Ayuso, a su llegada a Méjico, afirmó que en 1936, siendo párroco de Coopernal, sus ingresos anuales ascendían a
2.000 pesetas anuales, lo cual lo situaría en el umbral de la pobreza, ya que
con unos ingresos inferiores a 2.500 pesetas anuales se pasaba necesidad; se
trataba de unos ingresos sólo ligeramente superiores a los que percibía un obrero
sin cualificar, consistente en 1.825 pesetas anuales.
Tras la sublevación militar, Ambrosio Ayuso se incorporó al ejército republicano
el 4 de octubre de 1936, aunque la versión “oficial” que se sostuvo después de
la guerra en la diócesis de Toledo fue que “huyó
de la feligresía en los primeros momentos” constatando tan solo que
sobrevivió y marchó a América.
Sirvió en la 72 brigada, 43 división y en la 14 división de Cipriano Mera. Fue
brigada, comisario político de la brigada 72, teniente ayudante de sanidad,
teniente de sección y capitán accidental.
En abril de 1937 se encontraba en el frente de Guadalajara como comisario
político de la brigada 72, pero seguía ejerciendo también el ministerio
sacerdotal si se presentaba la ocasión, tal y como informaron a Ángel Ossorio y
Gallardo, en ese momento embajador en Bruselas, el diputado a Cortes Eduardo
Castillo y el comisario delegado de guerra Marcelino Martín. En
efecto, durante una operación nocturna cerca del pueblo de Masegoso, la unidad
del sacerdote, un pelotón de doce hombres, integrado por socialistas,
comunistas y un anarquista, encontró ocho cadáveres de soldados italianos, dos
capitanes, un teniente y cinco camisas negras; Ambrosio Ayuso "se acercó a los cadáveres, se
descubrió, rezó las oraciones funerales y encomendó a Dios el alma de los
muertos”.
Estuvo también en el frente de Aragón y participó en la batalla del Ebro,
destinado en la Sierra de Pandol. Tras el fracaso de esta ofensiva se retiró
hacia Cataluña con el resto del ejército republicano, y posteriormente hacia la
frontera francesa. Abandonó España por Port-Bou el 9 de febrero de 1939.
Una vez en Francia, pasó por los campos de concentración de Saint Ciprien
y Agde, hasta que fue sacado de este último por el Comité Francés de Ayuda a
los Intelectuales españoles. Después pasó un mes viviendo en Perpignan. Durante
su exilio francés sobrevivió gracias a la ayuda del Comité de Intelectuales y a
un subsidio de 500 francos que le proporcionó la Comisión Militar española. En
cuanto al trato recibido en Francia, afirmaba que por parte de las autoridades
eclesiásticas había malo, que las autoridades civiles francesas le habían
tratado con “un poco de reservas”;
pero “el pueblo francés” y, sobre
todo, “los intelectuales” le habían
tratado bien.
El 13 de julio de 1939 embarcó en Marsella en el navío Mexique rumbo a
México. El viaje fue costeado por el SERE.
Llegó a Veracruz el 27 de julio sin nada. Afirmaba haber perdido, debido a la
guerra, un capital de 20.000 pesetas y las fincas rústicas y urbanas que
poseía. Para poder subsistir recibió en tres ocasiones ayuda económica (el 17 y
24 de agosto y 7 de diciembre de 1939). A su llegada fue alojado en “La Terminal”, pero un mes más tarde se
trasladó a Perote, localidad a unos 200 Km. de Veracruz, donde residió en la
calle Pasaje Yucatán nº 1, dpto. 9. A pesar de haber manifestado a su llegada a
Méjico su deseo de trabajar como profesor, parece que su primer trabajo, en
Perote, fue de albañil.
En el barco que le llevó a Méjico Ambrosio Ayuso coincidió con el antiguo
deán de Granada y diputado a Cortes Luis López-Dóriga, con quien llegó a
establecer cierta relación, ya que intentaron montar un negocio juntos, de modo
que, en junio de 1940, solicitaron ayuda económica para abrir una
librería-papelería en México D.F. Sin embargo, la ayuda les fue denegada. A
partir de ese momento perdemos su rastro.
Al parecer el fue párroco en el pueblo de Capultitlan, perteneciente a la diócesis de Toluca, Estado de México. De hecho allí falleció, en 1980, esta su tumba en la parroquia.
ResponderEliminarAl parecer el fue párroco en el pueblo de Capultitlan, perteneciente a la diócesis de Toluca, Estado de México. De hecho allí falleció, en 1980, esta su tumba en la parroquia.
ResponderEliminarFue también párroco del pueblo de San Buenaventura, de la Diócesis de Toluca, México, de 1948 a 1958. Le tocó las celebraciones por el segundo centenario de la residencia de una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe -que allí se le venera y que tiene una interesante historia que se remonta al siglo XVIII- y su coronación pontifical. Saludos
ResponderEliminarHola, buenas tardes.
ResponderEliminarAmbrosio Ayuso Pizarro era hermano de mi abuela Julia, que Vd no nombra (ella vivió en la calle la Palma que si cita Vd). No dispongo de nada salvo recuerdos de su celebración en Madrid de sus cincuenta años de sacerdocio y lo que me contaba mi abuela y mi madre. Le agradezco su recordatorio de una de tantas figuras de nuestra guerra civil que no habían tenido presencia.
Gracias.
José Luis García Fraile Ayuso
ResponderEliminarHOLA BUENAS NOCHES,MI PADRE ERA SOBRINO D AMBROSIO AYUSO PIZARO,HIJO DE MARIA AYUSO PIZARRO,Y SEGUN CONTABA EL CREO Q SU TIO MURIO AQUI EN ESPAÑA GRACIAS POR EL RECUERDO A LAS PERSONAS Q DEDICARON SUS VIDAS A OTRAS PERSONAS
SIENTO NO TENER MAS INFORMACION
GRACIAS
ROSARIO GARCIA PASTOR AYUSO
SEGUN CONTABA MI PADRE MARCIAL GARCIA AYUSO,EL PADRE DE SU TIO AMBROSIO ,EL ABUELO MARCIAL NO ERA LABRADOR ERA RECAUDADOR DE IMPUESTOS ESO CONTABA
ResponderEliminarUN SALUDO
R.G.P.A.
Agradezco todos los comentarios, pues son pocos los datos que poseo de Ambrosio Ayuso. Y me sería de gran utilidad poder contactar y charlar sobre el mismo. Muchas gracias
ResponderEliminarHola, buenas tardes.
ResponderEliminarSoy José Luis, nieto de Julia Ayuso Pizarro hermana de Ambrosio.
Gracias Miguel Ángel por la publicación de estas notas sobre mi tio abuelo al que tuve la oportunidad de ver en una ocasión cuando volvió a Madrid a celebrar el 50 aniversario de su ordenación sacerdotal. Y creo recordar que precisamente oficio una misa en la misma Iglesia de San Cayetano de Madrid.
En México vivía junto con mi otra tía abuela Isabel Ayuso Pizarro.
Me gustaría saber si has seguido investigando y tienes algún dato más que estas notas que aquí has publicado.
Gracias. Un cordial Saludo a tod@s y Salud!
José Luis
jlgarcia.fraile@gmail.com